martes, 18 de noviembre de 2008

Recién salido del cascarón

Por: Fernando del Pozo

Se denomina neonato al niño desde su nacimiento hasta los 28 días de vida; esta es una etapa de adaptación entre la vida intrauterina y la extrauterina, donde pasa de una dependencia total de su madre a una independencia relativa.

Esta independencia relativa se debe a que, aunque todos sus órganos y sistemas se encuentran completamente formados, éstos no han llegado a su completa madurez, por lo que el neonato depende de otras personas, en especial de su madre, para su normal crecimiento y desarrollo.

Por ejemplo el recién nacido conserva todavía patrones de funcionamientos de su cuerpo como en la vida intrauterina; así entonces tenemos que la frecuencia cardiaca es más acelerada que en las etapas posteriores de su vida, y se la encuentra entre los 130 a 140 latidos por minuto; igualmente la respiración es más acelerada, tanto que en ocasiones puede preocupar a la madre cuando le siente respirar al darle de lactar. La frecuencia respiratoria se encuentra entre 50 y 60 respiraciones por minuto.

Es importante en este punto anotar que el neonato produce sonidos (gruñidos) de tono grave durante su respiración que son normales y de carácter intermitente; en cambio cuando el niño presenta sonidos más agudos y continuos, especialmente relacionados con la expulsión de aire en cada respiración (quejidos), se asocia con algún problema respiratorio el cual debe ser valorado inmediatamente por un médico.

La función intestinal

La inmadurez del tracto digestivo hace que el niño tenga un solo alimento ideal: la leche materna, la cual le proporciona los mejores nutrientes, a más que le entrega sustancias que le protegen contra un sinnúmero de enfermedades y le evitan alergias.

En cuanto a las evacuaciones, en general son ligeramente ácidas por lo que producen una tendencia a la escaldadura de la región anal, cosa que deberá ser tomada en cuenta por parte de los padres para mantener limpia esta zona previniendo estas lesiones. En el neonato la frecuencia de las evacuaciones es muy variable y puede encontrarse entre 12 diarias a 1 evacuación cada 48 horas.

La función renal

Esta función al nacimiento está completa; la frecuencia de la micción se encuentra entre 6 a 8 veces al día; la producción de orina se constituye en un signo indirecto de que el niño se está alimentando adecuadamente, pues con los alimentos se ingieren los líquidos necesarios para que se produzcan las eliminaciones pertinentes. Por lo que en especial en los primeros días de vida, la madre podrá detectar si su niño está recibiendo la cantidad adecuada de leche materna, por el número de evacuaciones de orina.

En definitiva en este período de transición, al recién nacido se lo debe cuidar, alimentar y proteger de la mejor forma, para que inicie óptimamente su normal crecimiento y desarrollo, lo que se verá reflejado positivamente en las etapas posteriores. 

El dedo más rico del mundo

Por: Berry Brazelton

Debemos considerar la dependencia de un “entretenedor”: un animal de peluche, una manta de protección o un chupete, como formas de compensación. Estas son algunas técnicas para consolarse, para tranquilizarse, para romper el círculo impulsor de la actividad y de la excitante maestría en lo que estamos sumiendo en nuestra sociedad.

El recién nacido se lleva la mano a la boca para tranquilizarse

¿Por qué se chupa el dedo el bebé?

Para mantener el dominio de sí mismo en momentos difíciles.

¿Sucede con todos los niños?

No. Es usual entre los bebés que son exageradamente sensibles a los estímulos que hay a su alrededor. Es frecuente entre niños que reaccionan ante el más leve ruido o movimiento con un sobresalto repentino, e inmediatamente se ponen a llorar.

¿Cómo ayudar al niño?

Los bebés hipersensibles les dan qué hacer a sus padres, pero talvez lloren inconsolablemente en los primeros meses y durante largo rato. Una vez que el niño domine su propia conducta de llevar la mano a la boca, la madre podrá ayudarle a aprender la forma de atrapar el pulgar. Apenas pueda hacerlo, su actividad disminuirá y será capaz de dominarse a sí mismo.

¿Cómo le ayuda el pulgar?

Mientras el pulgar esté firmemente en su lugar, puede empezar a prestarles atención a las cosas que están a su alrededor sin encolerizarse. Cuando pierde el pulgar, probablemente empiece de nuevo su actividad. Los padres de un bebé activo y sensible suelen considerar que chuparse el dedo es su maniobra calmante más importante. Un niño muy activo que reacciona en forma excesiva necesita un recurso así para calmarse, más que la mayoría de niños.

¿Es un mal hábito?

En nuestra cultura, chupar el dedo o depender de una manta o cualquier objeto consolador se considera un mal hábito. Los padres cuyo hijo de 1 o 2 años depende de chupar el dedo para calmarse hablan de ello como si fuera señal de perturbación. “¿Qué puedo hacer para que deje de chuparse el dedo?, ¿Cuándo puedo quitarle la manta? Temo que llegue a la escuela y aún lo haga”.

El temor de las madres es que a la edad escolar el niño aún requiera de su entretenedor. Este hábito no es anormal. Si un niño emplea su osito de peluche para que le ayude a adaptarse al mundo no hay que considerar que tiene problemas.

Casi todos los niños de nuestra cultura necesitan una muleta para arreglárselas.

¿A qué se debe que requieran estas muletas?

El hábito de chuparse el dedo comienza en el período de recién nacido y está reservado para los períodos de transición: al dormirse, al despertarse, al descansar durante una sesión de juego emocionante o al dejar de comer después de quedar saciado. Más adelante, el niño lo emplea cuando se alborota excesivamente y necesita tranquilizarse.

En edad escolar, ¿es probable que se chupe su dedo?

Pocos son los niños que chupan el dedo a la edad de 5 o 6 años, excepto en situaciones realmente estresantes o en períodos de transición. Ellos no se aferran a un patrón inmaduro de dependencia a menos que los padres hayan tratado de prohibirles.

¿Entonces no hay de qué preocuparse?

Mientras el hábito de chuparse el dedo no consuma una parte importante de la vida de un niño, o se convierta en la forma de alejarse de toda clase de presiones, los padres no tienen de qué preocuparse. De todas formas consulte al médico si le caben dudas.